Decir "reforma educativa" es como decir agua mojada. La educación debe estar en constante reforma para adaptarse a las nuevas realidades y conocimientos.
Lo malo es cuando son los políticos los que pronuncian estas dos palabras, porque adquieren un significado completamente distinto y, en la mayoría de las ocasiones, completamente alejado de los intereses de la propia Educación. Si a lo que se refieren es al "sistema educativo", éste debería ser un marco estable y consensuado con un horizonte de generaciones. Lo peor que le puede ocurrir a la educación es este sistema de "bandazos" periodicos a los que, lamentablemente, ya nos tienen tan acostumbrados.
Hoy he escuchado el anuncio del Partido Popular de que si ganan las próximas elecciones acomenterán una "profunda reforma del sistema educativo".
Miedo me dan...
Al tiempo.
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